domingo, 4 de julio de 2010

Praxis

El acontecer de mis prácticas...

Para mi grata sorpresa, inicié la cursada de la 904 con alguien que en lo profesional, me resultaba familiar. Mi docente era colega de la cátedra que integro. Muchas y buenas, eran las referencias que tenía sobre su rol docente. En lo personal me resultaba todo un desafío el decidir cursar con ella, dado que una doble mirada sentía se ponía en juego. Por un lado sería observada desde el lugar de alumna y por el otro desde mi lugar profesional, dada mi elección en hacer las prácticas en la cátedra a la que pertenezco. No me era poco significativo el saber que quien me evaluaría, formaba parte de ésta última. Sin embargo, respiré profundo, antes dudé obviamente, y decidí tomar ésta instancia como un desafío.
La materia en la que realicé las prácticas se llama Salud Pública y Salud Mental, en la Universidad de Buenos Aires. Escenario, que como mencioné anteriormente, me era familiar, lo que me permitió restarle incertidumbre a la experiencia. Los temas que se me asignaron fueron: Epidemiología y Planificación. Cada uno de ellos debería ser abordado en clases independientes con una duración de 3 horas reloj cada una.
Tengo grabado el momento en que la docente me asignó los temas, si había algo que deseaba es que uno de ellos NO FUERA el de epidemiología. A mi parecer, era el más complejo de la materia.
Ya no tenía escapatoria, la asignación estaba y no había apelación. Una vez pasado el primer momento de rabia y desesperación, suelo bloquearme cuando eso sucede, me puse a pensar. Pasé de la preocupación a la ocupación, y con ella surgieron las ideas. Me contacté con un colega de la cátedra y le pedí un material que él usaba cada vez que abordaba la temática que en ésta oportunidad me convocaba. Fue así como el desorden y el caos comenzó a tomar forma. Pasé de la preocupación a la ocupación, del caos a la forma y de la ignorancia sobre el tema a poseer conocimientos más concretos sobre el mismo.
La observación del grupo clase junto a la entrevista realizada a la docente, me fueron de mucha utilidad para la planificación de las estrategias a implementar. Saber qué observar para generar hipótesis de acción, resultó ser parte de un proceso valioso y necesario. Se trataba de un grupo en donde su máximo potencial se explotaba si se trabajaba en pequeños grupos. Por lo tanto, si quería generar un clima de participación y reflexión, ese dato no podía ser omitido. Para mi fortuna, el grupo me recibió con amabilidad no observando resistencias a mi presencia.

El 3 de abril de 2010 pisé por segunda vez el aula 104 del primer piso de la facultad de psicología. Ya no iba en calidad de observante no participante, sino que había llegado la hora de ser protagonista. El corazón se me salía del cuerpo! La clase había sido cuidadosamente planificada y supervisada, ya poseía conocimiento sobre las características del grupo clase, todos los materiales necesarios para realizar la práctica los tenía conmigo, ¿Por qué estaba entonces tan nerviosa? ¿sería por el desafío que me implicaba el sentirme doblemente evaluada?. Me preguntaba, ¿cada vez que tenga que dar clases en un grupo, me pondré tan nerviosa?. Decidí dejar de preguntarme y empezar a actuar.

En el desarrollo de ambas clases, dos de mis propósitos fueron:
• Propiciar un clima reflexivo de aprendizaje, en el cual los alumnos pudieran ejercitar el pensamiento crítico.
• Generar un espacio de participación activa en donde se sintieran seguros de sus producciones.
El segundo propósito me resultaba de gran desafío, dado que de la observación y de la entrevista a la docente, se deducía que los alumnos trabajaban satisfactoriamente en pequeños grupos, tendiendo a inhibirse en instancias de apertura grupal. Algunas palabras de la docente fueron: “Insisto para que participen, tengo que repreguntar”… “Los alumnos no leen mucho. No van a los teóricos. Tienen predisposición para trabajar y discutir en pequeños grupos. Hay 4 o 5 que tienen mayor capacidad reflexiva”.

Para que dichos propósitos no quedaran en el olvido, debí realizar una selección cuidadosa de las estrategias a implementar, oscilando éstas entre momentos de exposición teórica, trabajo en pequeños grupos y producción en plenario. Los alumnos lograban mayor seguridad en la exposición de sus producciones, cuando éstas eran monitoreadas previamente por mí.

Me resultó sumamente productiva la devolución que se me hizo al finalizar la primer práctica, dado que me sirvió para sostener los aciertos y trabajar sobre los fallidos. Fue así como me propuse para la clase de planificación (clase que me restaba por dar) utilizar el pizarrón como recurso organizador de los contenidos a abordar, explicitar los objetivos de la clase como así también los textos y autores a trabajar. La devolución y mirada docente sobre mi práctica, dió lugar a que pudiera vivenciar una evaluación sumativa con miras a la corrección de un futuro proceso (mis prácticas restantes).

5 comentarios:

  1. Ceci, muy buena reflexión, la hiciste muy interesante para el lector, que puede ir acompañandote en tus miedos,dudas y logros, a través de la lectura.

    ResponderEliminar
  2. pero al final viste que "epidemiología" no es un cuco?
    me alegro que tengas la oportunidad de tomar una comisión este cuatrimestre!

    ResponderEliminar
  3. Ceci , el hecho que te haya tocado "EL" tema que no querías y que de todas formas hayas salido aireosa , habla de tu esfuerzo para superarte siempre...felicitaciones!!

    ResponderEliminar
  4. Me pareció muy interesante tu relato y me sentí algo identificada cuando hablas de la deseperación en relación a dar un tema que no querías dar. No debe haber sido simple. Yo en mi espacio de práctica tenía la sensación de que no sabía cual de los temas prefería dar. Por ser mis primeras prácticas en sí creo que aunque me hubiera tocado el tema más simple me hubiera sentido igual de nerviosa.

    ResponderEliminar
  5. Va mi segundo comentario, manejo tan mal todo esto que o aparezco como anónimo o no aparecen mis comentarios.
    La primera vez te escribí que me había sentido identificada cuando relatas tu deseperación cuando te enteraste que tenías que dar un tema que no querías dar. No debe haber sido sencillo el asunto.
    En relación a los temas a dar, en mis espacios de práctica tenía la sensación de no saber que era mejor, si un tema u otro.... Ya que creo que me hubiera sentido igual de nerviosa por la situación en sí, de dar mi primera clase.

    ResponderEliminar